El transporte de relaves y pulpas se lleva a cabo fundamentalmente mediante un sistema de tuberías reforzadas, o mineroductos, en conjunto con un subsistema de bombeo que da impulsión al material de interés. Para el transporte de material al interior de un mineroducto, previamente se prepara una mezcla sólido-líquida compuesta por el sólido granular de interés y una cantidad adecuada de agua, con el fin de permitir su almacenamiento, recuperación y manipulación. En términos generales, la finalidad es obtener un producto bombeable en función de la distancia a recorrer.
El diseño de las tuberías corresponde a uno de los parámetros de mayor importancia, en donde se debe tener en consideración las presiones de operación, las características mecánicas del material, sismicidad del área, fenómenos de desgaste, abrasión y corrosión. En cuanto al sistema de bombeo, es necesario utilizar uno acorde al material a transportar, y el que deberá dimensionarse de manera apropiada sin recurrir al sobredimensionamiento.
El consumo energético del transporte de relaves y pulpas viene dado principalmente por sistemas de bombeo. Las aplicaciones de bombas de pulpa son variadas, y reciben un nombre particular en función del proceso en el cual se utiliza:
Ventajas y desventajas
Las ventajas asociadas a estos sistemas son:
Con relación a las desventajas, estas son: